Sat Nam,
Hay una palabra dentro de la filosofía de Sikh Dharma que, como muchas otras, me encanta. Es un concepto precioso que abraza un sencillo poder. La palabra es Santokh, y se refiere a un estado mental que los budistas llaman simplemente "contentamiento". No tiene nada que ver con la euforia, el enamoramiento o la excitación de los sentidos. De hecho se relaciona con algo poco común en estos tiempos: la quietud mental.
Tal vez en otras épocas o circunstancias, era más fácil acceder a ese oasis paradisíaco de Santokh, pero en este tiempo, es innegable que, teniendo tantos estímulos mentales, ese estado de sencillo contentamiento, parece cada vez más lejano. Es una realidad que en la era de Acuario, con esta energía de apertura, de accesibilidad total, de disponibilidad permanente, la capacidad de sentirse completo y contento aquí y ahora, puede verse bastante afectada.
En mi experiencia personal, el estado de contentamiento se ha nutrido con una necesidad de intimidad conmigo misma, con un reconocimiento de mis necesidades y mis ritmos, que en ocasiones pueden ser bastante lentos, y con el hecho de estar presente 100% en lo que estoy haciendo.
Practicando estos sencillos procesos, se ha despertado en mí la urgencia de cuidar el espacio sagrado de mi mente. Más allá de la euforia y sentimiento de aparente omnipotencia que nos puede dar el hecho de tener acceso a cualquier información, de cualquier parte del mundo, en cualquier momento, con un simple "buscar" en un botón, hay un sistema autoregulador interno, que es la capacidad de sentirnos completos aquí y ahora.
El estado de Santokh se convierte así en algo precioso. Es un estado tranquilo.... para decirlo de una forma más romántica, se trata de enamorarse del momento, tal como es, sin cambiarle nada. Es poder sonreír con sinceridad a las circunstancias, con todas sus dificultades y bendiciones. Pero como cualquier estado mental, debe ser nutrido y protegido.
Es un proceso sutil, pero podemos hacernos ciertas preguntas cuando alguna información va a entrar a nuestra mente: ¿Necesito saberlo? ¿Me hace bien saberlo? ¿Me eleva? o por el contrario, me aleja de mi estado de Santokh, en el que me siento completo?
En esta época en la que podemos obtener cualquier información posible en cualquier momento que queramos, el hecho de poder elegir qué entra en nuestra mente, es un privilegio. El milagro no es que internet exista, el milagro no es que nuestras máquinas sean cada vez más eficaces y rápidas. El milagro es que nosotros estemos aquí, en este instante, respirando, creando con nuestra mente esta "realidad" que parece tan real. Pero más maravilloso que ésto, es nuestra Alma, en continuo Santokh, observando este devenir.
Santokh, santokh y más santokh para todos....
Har Rai Kaur