sábado, 7 de diciembre de 2013

El valor de la adversidad

"Después de subir una montaña, uno solo se da cuenta de que hay más montañas para subir"
-Nelson Mandela

Sat Nam!

Hace un par de días dejó esta tierra un alma inmensa. Todos conocemos su nombre, e incluso su historia, llena de obstáculos pero también de gloria. Una vida de construcción lenta, y de inmensas pruebas a su dignidad personal... un camino que empezó con la lucha en contra del apartheid en Suráfrica, y terminó forjando un diamante, ser humano excepcional.



En estos últimos días he visto tanto su foto, en periódicos, en internet, en tv, y hay algo en su mirada que me hace respirar hondo. Es una profundidad, una humildad, una gravedad... Hay héroes que mueren en la gloria, después de superar obstáculos y fracasos, y mantenerse firmes ante sus ideales, hay una grandeza en estas historias, hay victoria, hay reconocimiento al final... La historia de Mandela es así, también, en cierto modo heróica, pero en su mirada hay algo más.

"Después de subir una montaña, uno sólo se da cuenta de que hay más montañas para subir" creo que esta frase define la grandeza de Mandela. No se trata sólo de combatir y ganar una victoria... es decir, se trata de eso, pero de mucho más. La verdadera victoria está en vencer sobre el par de opuestos, ir más allá de la victoria y el fracaso... la recompensa del esfuerzo es sólo más esfuerzo, la recompensa para la paciencia es más paciencia, la recompensa de la tolerancia es sólo más tolerancia.... irónico no? Desencantador para algunos, esta idea, la llamamos en yoga MAESTRIA. Cuando una técnica, o concepto, o idea, se ha practicado tanto, sea una técnica de yoga, una actividad o cualquiero cosa, llega un momento en el que hay maestría, hay aceptación y hay suavidad.

Al principio todo es una lucha entre la mente positiva y la mente negativa. Entre el "quiero ganar" y el "no puedo". Unas veces victoria, otras veces fracaso... aquí y allá, tira y afloje. Cuando de pronto, eventualmente llega el día en que se produce una suerte de "resignación sagrada", en la que la mente se rinde y continúa practicando sin importar si lo logra o no.... esto es maestría. La verdadera victoria es el estado de conciencia de Sahej, aceptación suave, pacífica. Sin importar los resultados. La conciencia de que la recompensa de practicar algo, es sólo seguirlo practicando.... y ahí está la magia y el milagro!

Sat Nam


Har Rai Kaur






lunes, 12 de agosto de 2013

Contentamiento tranquilo

Sat Nam,

Hay una palabra dentro de la filosofía de Sikh Dharma que, como muchas otras, me encanta. Es un concepto precioso que abraza un sencillo poder. La palabra es Santokh, y se refiere a un estado mental que los budistas llaman simplemente "contentamiento". No tiene nada que ver con la euforia, el enamoramiento o la excitación de los sentidos. De hecho se relaciona con algo poco común en estos tiempos: la quietud mental.

Tal vez en otras épocas o circunstancias, era más fácil acceder a ese oasis paradisíaco de Santokh, pero en este tiempo, es innegable que, teniendo tantos estímulos mentales, ese estado de sencillo contentamiento, parece cada vez más lejano. Es una realidad que en la era de Acuario, con esta energía de apertura, de accesibilidad total, de disponibilidad permanente, la capacidad de sentirse completo y contento aquí y ahora, puede verse bastante afectada.

En mi experiencia personal, el estado de contentamiento se ha nutrido con una necesidad de intimidad conmigo misma, con un reconocimiento de mis necesidades y mis ritmos, que en ocasiones pueden ser bastante lentos, y con el hecho de estar presente 100% en lo que estoy haciendo.

Practicando estos sencillos procesos, se ha despertado en mí la urgencia de cuidar el espacio sagrado de mi mente. Más allá de la euforia y sentimiento de aparente omnipotencia que nos puede dar el hecho de tener acceso a cualquier información, de cualquier parte del mundo, en cualquier momento, con un simple "buscar" en un botón, hay un sistema autoregulador interno, que es la capacidad de sentirnos completos aquí y ahora.

El estado de Santokh se convierte así en algo precioso. Es un estado tranquilo.... para decirlo de una forma más romántica, se trata de enamorarse del momento, tal como es, sin cambiarle nada. Es poder sonreír con sinceridad a las circunstancias, con todas sus dificultades y bendiciones. Pero como cualquier estado mental, debe ser nutrido y protegido.

Es un proceso sutil, pero podemos hacernos ciertas preguntas cuando alguna información va a entrar a nuestra mente: ¿Necesito saberlo? ¿Me hace bien saberlo? ¿Me eleva? o por el contrario, me aleja de mi estado de Santokh, en el que me siento completo?

En esta época en la que podemos obtener cualquier información posible en cualquier momento que queramos, el hecho de poder elegir qué entra en nuestra mente, es un privilegio. El milagro no es que internet exista, el milagro no es que nuestras máquinas sean cada vez más eficaces y rápidas. El milagro es que nosotros estemos aquí, en este instante, respirando, creando con nuestra mente esta "realidad" que parece tan real. Pero más maravilloso que ésto, es nuestra Alma, en continuo Santokh, observando este devenir.

Santokh, santokh y más santokh para todos....


Har Rai Kaur

sábado, 12 de enero de 2013

So Purkh: conexión con el Padre Eterno

Sat Nam,

Hay prácticas espirituales que conquistan, no hay forma de expresarlo con más sinceridad. Cada uno de nosotros, según nuestra vibración, encontramos un camino que nos llama y que nos permite, por medio del enamoramiento, dar continuidad a una práctica espiritual que nos va liberando de formas de pensar y sentir antiguas, que ya no nos funcionan.

Para mí, la práctica del Shabad Gurú ha sido este camino que me ha conquistado desde lo más profundo de mi interior y me ha llevado de la mano a mostrarme de frente mis propios karmas, y el camino para liberarlos, que siempre ha coincidido con el camino del perdón.

De todos los mantras y Shabads que he practicado, hay dos o tres que siempre vuelven, como viejos amigos que, aunque deje de ver, vuelven como si el tiempo no hubiera pasado. So Purkh es uno de estos mantras, que siento muy cercano y que me ha traído muchas bendiciones.

Historias tengo miles para compartir, pero el espacio es pequeño. Así que quiero compartir una de las historias que más me ha impactado y que me mostró la infinita bondad de esta ciencia milenaria del sonido.

Muchas de ustedes practicantes de So Purkh, saben que la relación de una mujer con su padre es sumamente importante para la creación de la identidad de ella y del concepto que tiene sobre cómo se encuentra ella en la estructura total de la vida, qué papel cumple, qué se merece y qué no.



La verdad es que con el tiempo, esos objetivos que uno se propone cumplir cuando empieza una práctica espiritual específica, se van diluyendo mientras otros procesos inesperados toman la delantera. Se va despejando la consciencia de que la verdadera bendición no es obtener tal o cual objetivo por medio de un mantra, la bendición consiste precisamente en conectarse con el mantra, el resto del trabajo lo realiza él, sin necesidad de que le digamos que cosa o situación necesitamos sanar. ¿Quién más que la divinidad sabe donde se han originado nuestras heridas?.

Hace muchos años había yo vivido una situación con mi padre que me había desintegrado la imagen que tenía de él. La decepción y la rabia se convirtieron en mi proyección hacia él, sumado a la imposibilidad de comentar esta situación con alguien y mucho menos exponerle a él mi desencanto y la razón de mi rechazo. Este episodio fue quedando en el fondo de mi memoria, pero inconscientemente habia empezado yo internamente una guerra con él, sin razón aparente, pero había algo que mí que reclamaba. Esta es la manera como en el huracán de la vida, nuestros dolores van quedando relegados al fondo del subconsciente, desde donde continuan ejerciendo influencia sobre nuestras acciones y desiciones.

Esto no estaba en mi consciencia hasta que el poder del mantra So Purkh me lo reveló. El desgaste energético de tantos años de frustración por no haber podido expresar lo que representó para mí este episodio. Y hubo una noche en que algo hizo click en mi consciencia. De repente comprendí con todas las células de mi ser, que mi padre es un ser humano, como cualquiera, que comete errores y que acierta. Y que si bien las acciones de este ser humano me hirieron en esta situación específica, existe una presencia paterna universal a la que todos tenemos acceso, y todos los desaciertos, debilidades, maltratos, etc, que nuestro padre terrenal hubiera podido haber cometido, quedan totalmente anulados frente a la luz poderosa de la protección, fuerza, apoyo, y guía incondicional del Padre Eterno.

Sat Nam

Har Rai Kaur